Cuando hablamos de educación, solemos pensar en métodos, estrategias pedagógicas, programas de formación y modelos de enseñanza. Pero hay algo más profundo, algo que opera en el trasfondo de cada maestro/a y profesor/a que está en el aula: su propio estudiante interior.
¿Qué es el estudiante interior?
Es la memoria viva de nuestra experiencia como aprendices. Es la voz interna que nos recuerda cómo nos sentimos al aprender, qué nos motivó, qué nos frustró, qué nos hizo amar o rechazar el conocimiento. Es una huella indeleble que influye, consciente o inconscientemente, en la manera en que enseñamos y nos relacionamos con quienes hoy ocupan los pupitres. Es como hemos sido “enseñados”.
Cuando un docente entra al aula, no lo hace solo: lleva consigo a su estudiante interior. Y este puede ser un aliado o un obstáculo. Si fue un niño que aprendió desde el miedo y la exigencia, quizás, sin darse cuenta, replique esas estructuras. Si fue un joven que nunca sintió que su voz era escuchada, puede, sin querer, silenciar a sus propios estudiantes.
La evidencia del impacto: lo que reveló la experiencia
Desde SomosKay, a lo largo de diversas investigaciones en instituciones educativas, nos encontramos con un patrón recurrente: los docentes rara vez revisan sus propias experiencias de aprendizaje. En el marco del Programa Kay, cuando guiamos a maestros y profesores en el proceso de explorar su estudiante interior, surgieron revelaciones profundas.
Lo que descubrimos en los docentes
Experiencias dolorosas normalizadas: Al principio, muchos no reconocían como negativas ciertas prácticas que habían vivido. Castigos, indiferencia, competencia excesiva, desmotivación, vergüenza, miedo… todo parecía parte del "normal" proceso de aprendizaje. Solo al revisarlo pudieron ver el impacto que había tenido en ellos.
El eco del pasado en el aula: Muchos docentes identificaron que repetían, casi de manera automática, ciertas prácticas que habían sufrido. Otros se dieron cuenta de que, en un intento de no repetir errores, habían ido al extremo opuesto, generando nuevos desafíos.
El poder del reconocimiento: Una vez que los educadores se conectan con su estudiante interior, su forma de enseñar cambió. Comprendieron mejor las emociones de sus alumnos, dejaron de verlos solo como "receptores de información" y comenzaron a reconocerlos como seres humanos con historias, miedos y fortalezas.
El estudiante interior en la investigación educativa
No es solo una intuición. Grandes referentes en la educación y la neurociencia sostienen la importancia de la memoria emocional en el proceso de enseñanza-aprendizaje:
- Francisco Mora Teruel nos enseña que "sin emoción no hay aprendizaje". Si un docente no revisa su propio recorrido escolar, difícilmente podrá generar ambientes donde el placer y la motivación sean protagonistas.
- Ken Robinson advierte que muchos talentos naturales se ven apagados en la escuela. Cuando un maestro no reconoce cómo su propio proceso de aprendizaje influyó en su vocación, puede caer en la misma estructura rígida que lo alejó de su propia creatividad.
- Riane Eisler plantea que hemos heredado un modelo educativo basado en la dominación y el sometimiento. Si los docentes no identifican cómo este modelo los formó, seguirá reproduciéndose sin cuestionarlo.
¿Cómo trabajamos con el estudiante interior?
Reconocer al estudiante interior no es un acto de nostalgia, es un paso fundamental para transformar la enseñanza. Desde SomosKay, trabajamos con herramientas diseñadas para permitir esta exploración en los docentes y transformar la manera de enseñar
Herramientas y estrategias para reconocer al estudiante interior
- Biografía Humana aplicada a la educaciónCada docente reconstruye su recorrido escolar desde la perspectiva del estudiante que fue, explorando su historia emocional en el sistema educativo. Esta técnica permite reconocer cómo las experiencias vividas han impactado en su forma de enseñar.
- Arte , cuerpo y atención plena como vía de exploraciónA través de la música, la plástica, la literatura y el teatro, los docentes acceden a una comprensión más profunda de sus emociones ligadas al aprendizaje. Incorporamos dinámicas artísticas y corporales que favorecen la expresión y el desbloqueo emocional.
- Trabajo con “compañero de ruta”Cada docente trabaja con otro colega en un proceso de escucha profunda y acompañamiento. A través de este intercambio, pueden verse reflejados en la historia del otro, identificando patrones y comprendiendo sus propias vivencias desde otra perspectiva.Experiencia que promueve la comprensión, la compasión y la colaboración dentro de las comunidades educativas.
- Reflexión guiada y autoconocimientoSe utilizan cuestionarios, dinámicas de introspección y técnicas de autoevaluación para que cada docente analice su relación con la enseñanza, sus creencias sobre el aprendizaje y las emociones que influyen en su práctica educativa.
- Estudio de autores clave en educación humanizada Nos basamos en referentes como Riane Eisler, Ken Robinson, Francisco Mora Teruel y Claudio Naranjo para entender cómo el modelo educativo tradicional ha moldeado nuestra forma de aprender y enseñar.
- Creación de ecosistemas de bienestar y cuidado A partir de este proceso, los docentes pueden diseñar espacios de aprendizaje donde el bienestar emocional sea un eje central, promoviendo vínculos más humanos y respetuosos en el aula.
El impacto del trabajo con el estudiante interior
Cuando los docentes se conectan con su historia, pueden:
- Comprender mejor a sus alumnos, porque entienden que cada niño y niña vive el aprendizaje de manera única.
- Modificar sus prácticas pedagógicas, eligiendo conscientemente qué replicar y qué transformar.
- Volver a disfrutar la enseñanza, al recuperar la creatividad y la emoción de descubrir junto con sus estudiantes.
La educación no solo se transforma con nuevas metodologías o tecnologías. Se transforma desde adentro, cuando quienes enseñan logran mirarse, reconocerse y reinventarse.
Un llamado a la acción
Si sos docente te invitamos a hacer este ejercicio:
Pensa en una experiencia de aprendizaje que te marcó. ¿Cómo influyó en tu manera de enseñar? ¿Qué tipo de docente hubieras necesitado cuando eras estudiante? ¿Qué prácticas has heredado sin darte cuenta?
¿Cómo crees que tu historia escolar ha influido en tu forma de enseñar o de ver la educación?